Dulces navideños: Polvorones de canela y ajonjolí con aceite de oliva (sin manteca, sin huevo, sin lácteos)

Otro de los dulces más tradicionales de la Navidad es el polvorón y todavía estamos a tiempo de prepararlos y disfrutarlos para estos Reyes.

La verdad es que yo no soy (era) mucho de polvorones, por no decir nada vamos, todos los años pruebo alguno y no consigo más que comerme un bocado. Y es que me cuesta tragar esa textura terrosa y el sabor no me convence para nada.

Pero los que salen con esta receta, ¡están increíbles!.
Si os animáis a prepararlos veréis que hay una diferencia abismal con los industriales, al meterlos en la boca prácticamente se deshacen, son muy ligeros y el sabor intenso de la canela y el ajonjolí hacen que tengan un gusto totalmente diferente.

Para que sean más ligeros y sanos, hemos (con mi suegra de nuevo) probado a utilizar aceite de oliva en vez de manteca de cerdo y la verdad es que el resultado ha sido espectacular.

Tienen el inconveniente de que se deshacen con mucha facilidad, al no llevar la manteca la masa no queda tan compacta y hay que manipularlos con mucho cuidado para que no se rompan.

Además es un dulce sencillo de hacer y tan fácil que hasta sus ingredientes son de andar por casa y nada complicados de encontrar: harina, almendras, azúcar, aceite, canela y ajonjolí.

La cantidad de canela y ajonjolí se puede variar a vuestro gusto. A mí me encanta el sabor intenso de la canela, pero habrá personas que sólo quieran percibir su aroma, así que, a vuestra elección.

Polvorones de canela y ajonjolí con aceite de oliva

Ingredientes:

  • 300 g de harina de trigo
  • 150 ml de aceite de oliva
  • 150 g de azúcar glas o caster (azúcar blanco molido)
  • Azúcar glas o caster para rebozar
  • 100 g de almendra cruda
  • 1 cucharadita y media de canela en polvo. Id añadiendo poco a poco y probando la masa hasta que esté a vuestro gusto
  • Ajonjolí para espolvorear

Elaboración:

El primer paso es tostar la harina y las almendras. Lo más importante en este paso es que no se quemen y sólo se tuesten un poco.

Podemos hacerlo de dos maneras:

Al horno:
Lo precalentamos a 130 C, calor arriba y abajo.

Picamos las almendras con la picadora de la batidora u otro robot de cocina.

Tamizamos la harina y mezclamos bien con las almendras. Ponemos la mezcla en una bandeja para horno.

Introducimos la bandeja en el horno, al medio, unos 30 minutos, moviendo de vez en cuando con una espátula de madera. Irá cogiendo un tono ligeramente tostado y es importante que no se pase porque si no la mezcla se amargaría.

Dejamos enfriar completamente.

Al fuego:
Ponemos la harina en una sartén o cazo a fuego suave y la cocinamos removiendo con una espátula de madera, durante unos 7 minutos. Hay que retirarla del fuego en cuanto empiece a tomar algo de color.

Hacemos lo mismo con las almendras, esta vez enteras. Cuando estén doraditas las sacamos y cuando hayan enfriado las picamos bien.

El segundo paso es hacer la masa.

Cuando se enfríe la harina la ponemos en un bol, formamos un volcán y echamos dentro el aceite, las almendras picadas (si no las hemos tostado junto con la harina), el azúcar y la canela.

Amasamos bien hasta conseguir una masa uniforme con la que podamos hacer una bola.

Es normal que cueste un poco unir la masa. Si hace falta se puede añadir un poco más de aceite si veis que la masa se desmigaja mucho.

Con la palma de la mano vamos aplastando un poco la bola dejándola algo gruesa, 1 centímetro, centímetro y medio está bien. Podemos pasar suavemente el rodillo para igualar la superficie si hace falta.

Aplastamos la masa con la palma de la mano, dejándola algo gruesa

Vamos cortando con un cortapastas ovalado.

Se deforman y es difícil pasarlos a la bandeja, para ayudarnos cortamos con el cortapastas y sin quitarlo vamos empujando el corte hasta fuera de la superficie de trabajo poniendo la mano por debajo.

He leído que para que la masa coja un poco más de cuerpo y no se deforme tanto, se mete la bola de masa en la nevera unos 30 minutos envuelta en plástico transparente y después se estira y se corta. Para la próxima probaré y os cuento a ver qué tal.

Ponemos los polvorones en una bandeja de horno con una lámina de papel sulfurizado y espolvoreamos con el ajonjolí.

Cortamos, ponemos en una bandeja de horno y espolvoreamos con ajonjolí los polvorones

Metemos al horno, precalentado a 180C, calor arriba y abajo, en el medio durante 12-15 minutos.

Sacamos del horno y cuando estén fríos, espolvoreamos con abundante azúcar glas.

Los podemos envolver en papel de seda o conservarlos en una caja metálica con buen cierre, poniendo papel sulfurizado entre capa y capa.

Se pueden hacer de muchos otros sabores, añadiendo frutos secos como avellanas o nueces, ponerles aromas a chocolate, limón, anís, semillas de sésamo,…

Algunos de los problemas más comunes:
Si se os quedan demasiado duros: nos hemos pasado con el tiempo de horneado.
Si se agrietan mucho: les falta aceite.
Si se quedan pegajosos: tienen mucho aceite.

Tenemos que lograr que no se rompan (demasiado) al cogerlos pero que se deshagan en la boca al morderlos.

Probadlos, se van a convertir en uno de vuestros postres (meriendas, desayunos, cafetitos,…) navideños favoritos.

5 comments

  • 12 diciembre, 2016 a las 9:15 // Responder

    Hola! Se podría hacer con mitad aceite de oliva y mitad de coco para más consistencia?

    • 19 diciembre, 2016 a las 0:30 // Responder

      Hola Patricia,
      Pues no te sé decir, lo siento. Todavía no he experimentado con el aceite de coco así que no sé como resulta.
      ¡Prueba y cuéntanos! La cocina es experimentar y divertirse 🙂
      Y si sale ya tenemos más opciones.
      Espero que me cuentes. Saludos!

  • 17 diciembre, 2016 a las 12:19 // Responder

    La harina de trigo es la de all-purpose de hornear?

  • 25 marzo, 2022 a las 15:18 // Responder

    ¡Una pinta espectacular! El resultado de utilizar aceite de oliva en vez de otros aceites es muy notable, siempre es recomendable usar aceite de oliva virgen o aceite de oliva virgen extra (aove) ya que nuestro cuerpo lo agradecerá, ¡y nuestro paladar aún más!

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