Galletas de mantequilla, la receta perfecta para decorar
Hoy Lucía cumple dos añitos.
Ese bebé chiquitito que nos miraba con sus grandes y vivarachos ojos, se está convirtiendo en una niña cada día más simpática, graciosa y tan inquieta como desde antes de nacer (ya en la barriga fue un torbellino de patadas y vueltas sin parar).
Hace dos años mi vida cambió para siempre y no sólo en lo personal, sino también en lo profesional y ambos cambios han sido gracias a la pequeña Lucía.
El tomarme un tiempo, obligado en un primer momento y meditado y decidido después, para tener y criar a mi peque me permitió también centrarme y formarme en algo que me ha apasionado desde que tengo uso de razón, la repostería, y dedicarme por fin a algo que me llena completamente y que me apasiona como no había imaginado nunca.
Así que, chiquinina, ¡muchas gracias y feliz cumpleaños!
Y para celebrar su segundo cumpleaños a lo grande hoy se ha llevado para la guarde estas galletitas para sus amiguitos
Y el domingo que viene le espera un fiesta sorpresa que espero que le encante, porque con la faena que me está dando, jajaja….
Como regalito para todos en este día tan especial, os dejo la receta de las galletas de mantequilla que uso para decorar, si llegan, porque están también muy ricas solas.
Ingredientes:
• 200 g de mantequilla a temperatura ambiente (es importante que no esté de la nevera, sacadla la noche de antes que vayáis a preparar la masa y listo)
• 130 g de azúcar glas. ¿Por qué glas? Porque la normal se nota al comerlas y no quedan con esa textura suave que debieran y porque hace que se endurezcan antes
• 1 huevo L a temperatura ambiente
• 5 gotas de extracto de vainilla. Lo más común en los supermercados es que encontréis aroma de vainilla, de éste echar una cucharadita
• 350 g de harina de trigo
Elaboración:
Batimos la mantequilla y el azúcar juntos hasta obtener una mezcla cremosa.
Añadimos el huevo y seguimos batiendo hasta que esté integrado del todo.
Agregamos la vainilla y batimos.
En un bol tamizamos la harina y la añadimos al resto poco a poco, moviendo a velocidad muy baja, incluso podemos hacerlo ya con una cuchara de palo simplemente. Esto es para que la masa no coja aire y así la superficie nos quede bien finita y lisa.
Así ya estaría la masa lista para estirar, enfriar, cortar, enfriar y hornear.
Pero para nuestras galletas de Peppa Pig vamos a teñir la masa de color rosita.
Cogemos la masa y hacemos una bola.
Yo he utilizado para teñirla el colorante Rosa Claret de Sugarflair.
Cogemos un poco de colorante con la punta de un palillo y manchamos nuestra bola. Vamos amasando con las manos hasta que la masa esté totalmente homogénea de color.
Si se nos ha quedado muy clarita, echamos un poco más de colorante. Es mejor ir poco a poco porque si nos pasamos de tono ya no tiene solución, salvo que tengáis más masa sin teñir y entonces podéis rebajar el tono con ésta.
Nunca uséis un palillo ya usado (manchado de masa) para volver a coger colorante del bote, ya que contaminará el colorante y éste se nos estropeará.
Una vez tenemos nuestra masa teñida la estiramos con un rodillo entre dos papeles de hornear: ponemos un papel, encima nuestra bola de masa y cubrimos con otro papel, pasamos el rodillo por encima del papel, así no se nos pega el rodillo a la masa y obtenemos una superficie con un acabado perfecto para nuestras galletas.
Para que las galletas nos queden todas iguales de grosor podemos utilizar un rodillo con nivel o, con un rodillo normal, poner unas tablillas, una a cada lado de nuestra masa, y pasar el rodillo por encima de las tablillas, así no nos quedará ningún desnivel. Yo las hago de 5 mm de grosor.
Metemos la masa ya estirada unas dos horas mínimo en la nevera.
Sacamos de la nevera, retiramos el papel de arriba, cortamos con un cortapastas de la forma que hayamos elegido, en este caso con la cabeza de Peppa Pig, y pasamos las galletas a una bandeja de horno, cubierta con papel de hornear o una lámina de silicona o teflón.
Unimos los recortes que nos han sobrado en una bola y procedemos a volver a estirar la masa, cortar y a la bandeja de horno.
Podemos usar los recortes hasta dos veces, tres como mucho, más no os lo recomiendo porque las galletas ya no quedarán con la textura perfecta, crecerán un poco de tamaño al hornear y pueden hasta abombarse en la superficie que ya no nos quedará lisita y perfecta para decorar.
Si, una vez cortadas, las metemos en la nevera otro ratito, mientras seguimos cortando, nos quedarán aún mejor.
Las galletas que vayan en una misma horneada tienen que ser del mismo tamaño, aproximadamente, y grosor, ya que si son muy diferentes de tamaño las más pequeñas se os quemarán antes de que se hagan el resto.
Horneamos, con el horno precalentado, a 170 º durante 10 – 12 minutos, están listas cuando los bordes se doren muy ligeramente.
Las sacamos del horno y las dejamos enfriar completamente sobre una rejilla antes de pasar a decorarlas.
Éstas están parcialmente decoradas con glasa, por eso las hemos teñido de rosita.
He hecho una glasa de delineado en rosa, he utilizado el mismo colorante que para la masa de las galletas, y he ido dibujando el contorno, ojos, boca y colorete, con una manga pastelera y una boquilla del nº 3.
Luego con un poco de glasa de relleno blanca he rellenado los ojos y una vez secos he pintado la pupila con un rotulador comestible negro.
En próximas entradas aprenderemos a hacer glasa real, de delineado, relleno y una intermedia súper útil.
Natalia
6 febrero, 2015 a las 23:04 //
Gracias!!!! Se ven riquisimas.. Probare la receta.. Y las cookies por supuesto..
Noelia Gil Garrido
30 mayo, 2018 a las 20:39 //
Hola, cuántas galletas te salen con esas cantidades? Gracias son preciosas. Y la receta de la falsa para bordear?
Noelia Gil Garrido
30 mayo, 2018 a las 20:40 //
Quería decir glasa, jiji