Pimientos asados
Los pimientos asados son una guarnición deliciosa y muy nutritiva.
Es una receta muy básica y muy fácil, aunque pueda parecer lo contrario si no se han hecho nunca.
El pimiento es una verdura con un contenido muy alto en vitamina C (el triple que los cítricos). Entre las muchas virtudes que tiene está su riqueza en fibra (favorece el tránsito intestinal), en sustancias minerales y su bajo aporte calórico, 20 kcal. por cada 100 gramos, ya que tienen un elevado contenido en agua.
Los pimientos son muy versátiles, se pueden consumir crudos (en ensaladas, gazpachos, sopas frías, rellenos… ), asados (al horno o a la brasa), fritos o como parte de algún guiso o sofrito, etc.
La mejor variedad de pimiento para asar es el pimiento morrón, también conocido como pimiento de bonete o de hocico de buey, ya que es muy carnoso, perfecto para este tipo de preparación.
El morrón es un pimiento carnoso, más o menos dulce según el grado de madurez, que se puede apreciar por el color, pasan de verde a amarillo/naranja hasta llegar al rojo, ganando en dulzor a medida que van madurando y además se van enriqueciendo en vitamina C y en betacarotenos.
Ingredientes:
• Pimientos morrones rojos (los que nos quepan en la bandeja de horno).
• Tres dientes de ajo sin pelar.
• Aceite y sal gorda.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 200 C, calor arriba y abajo.
Lavamos los pimientos.
Yo les quito la cabeza y las pepitas antes de asarlos, me resulta más cómodo ya que las pepitas se quedan más pegadas después de asados.
Un truco, para quitarles la cabeza cogemos ésta con una mano, el pimiento con la otra y apretamos la cabeza hacia dentro del pimiento hasta que se rompa y luego tiramos hacia fuera. Así sale la cabeza y muchas pepitas.
Los sacudimos un poco y sacamos las pepitas que hayan quedado dentro con los dedos.
Cubrimos la bandeja de horno con papel de aluminio y colocamos sobre ella los pimientos.
Repartimos los ajos por la bandeja.
Regamos con un hilo de aceite, poco aceite o se nos llenará la cocina de humo al abrir el horno, y echamos sal gorda por encima de los pimientos.
Horneamos durante unos 40 minutos. Ir dándoles la vuelta porque si no se queman mucho por unos lados y no se hacen por otros. Y si véis que no están hechos, pues los dejáis un poquito más y listo.
Sacamos del horno y pasamos los pimientos a un bol que cubriremos con papel de aluminio, donde los dejaremos «sudar» hasta que se enfríen. Ésto es lo que hace que se pelen con facilidad.
Los podemos dejar un par de días en la nevera, dentro del bol antes de pelarlos y estarán igual de jugosos que si los acabáramos de asar.
Una vez pelados, los troceamos en tiras a lo largo con los dedos y los guardamos en un bote de cristal.
Aguantan bastante tiempo en la nevera bien cerrados.
Ginebra (@entremanolos)
3 junio, 2013 a las 17:36 //
Mi madre los rellena de carne picada y están muy ricos. Mi abuela los rellenaba de arroz y esos sí que estaban de muerte 😉
El Horno de Lucía
3 junio, 2013 a las 23:16 //
En mi casa también los hacen así!!! Mi madre de carne y mi abuela los hacía de arroz, jajaja, qué casualidad! Besos!
Pablo Llanes
8 junio, 2013 a las 23:34 //
Y quedan estupendos acompañando una tortilla de patatas!
El Horno de Lucía
11 junio, 2013 a las 11:00 //
Y a un choco, unos filetes, o simplemente aliñados con aceite, vinagre y sal. Valen para todo!
Mis Lutier
11 junio, 2013 a las 22:17 //
A Lutier le chiflan los pimientos…..Y la verdad es que a mí hace unos años me costaban un poco….pero ahora cada vez me van gustando más…….Me anoto tu receta para darle una sorpresa!!
Un beso!
El Horno de Lucía
12 junio, 2013 a las 20:41 //
Ya me contarás si le gustan! Y es que los haces y tienes acompañamiento para muchísimos platos diferentes. Besos